No hay un momento exacto
donde los niños empiezan a hablar. Algunos niños lo hacen antes y otros
después, dado que es un proceso que cada uno adquiere a un ritmo diferente.
Ahora bien, el ambiente escolar es un maravilloso lugar donde los niños
aprenden a explorar y donde van enriqueciendo poco a poco su lenguaje pues es
un espacio muy estimulador lleno de elementos muy motivadores. La guarde se
convierte así en uno de los mejores estimulantes del lenguaje, ya que allí van
conociendo y manipulando todo aquello que les rodea.
Es preciso crear el deseo
de hablar por parte del niño, haciéndole preguntas y respondiendo a las que
hace, pero sin anticiparnos a sus demandas mímicas y gestuales. Es necesario
aprovechar todas las ocasiones ligadas a las rutinas diarias, a las tareas, al
juego…, pues en ellas es donde realmente se fomenta el intercambio lingüístico
entre los niños.
Pero, exactamente, ¿qué
debemos hacer?
Hablarles de manera clara, lenta y pausada en todo momento. Con las palabras que les resulten más difíciles exageraremos mucho la pronunciación.
Hacerles una sola pregunta, sin aturullarlos
Manifestar siempre interés, atención y respeto por lo que hablen, cuenten o pregunten.
Escucharlos con paciencia y mucha tranquilidad, esperando el tiempo que sea necesario. No provocarles prisa ni interrumpirles.
Evitar correcciones cuando pronuncien mal, incorporando estas nuevas palabras.
Hablar mucho con ellos, con un vocabulario muy rico.
No abusar de diminutivos ni de onomatopeyas cuando hablamos de objetos o acciones concretos, evitando utilizar un lenguaje infantilizado que esquiva el nombre real de las cosas.
Enseñarles a esperar el turno de palabra al hablar, a no gritar y a escucharse entre ellos
Aumentar progresivamente el vocabulario, presentándoselo de forma amena y explicándoles su nombre, su función, su tamaño, su color…
Trabajar los órganos fono-articulatorios con juegos. Ejemplo: podemos enseñarles a hacer gárgaras, a soplar con pajitas, a hacer pompas de jabón, a hinchar globos, a mover la lengua, los labios o la mandíbula con canciones donde haya que exagerar algún movimiento…
Observar y comentar dibujos, fotos, imágenes…
Favorecer el juego simbólico con materiales apropiados (cocinitas, disfraces, ropas viejas, accesorios…)
Contarles cuentos cortos donde intervengan animales y donde ellos puedan participar con onomatopeyas o gestos.
Nuestro objetivo es que
hablen, por lo que nos centraremos principalmente en crear situaciones que
requieran el uso del lenguaje real… A partir de allí...
¡¡ NO TENGÁIS PRISA Y DEJAD
QUE HABLEN !!
Siempre contando con vuestro ánimo y apoyo.
ResponderEliminarOs damos las gracias por esos consejos y pautas a seguir, que es increible, pero nos sirven mucho de ayuda y lo principal, nos daís mucha tranquilidad.
Besicos. Elena.
unos buenos consejos simpre vienen bien, estamos muy contentos y satisfechos de la guarderia y de lo bien que se encuentra nuestra hija.
ResponderEliminarRUBEN