DIPLOMADOS

El curso ya se acaba y nuestros chicos nos dicen adios para comenzar una nueva etapa. Hemos estado dos años (salvo alguna excepción) viviendo con ellos el día a día, viendo como se hacían mayores y como desarrollaban todas sus inteligencias. Yo, Sonia, he de decir que ha sido un año muy significativo para mi. Han podido existir algunos momentos en el que nuestros peques (que ya no lo son tanto) hayan podido estar un poquitin más efusivos de lo normal y eso ha sido un poco más dificil de controlar. Cada uno de estos momentos eran recompensado con cualquier palabra inocente que me pudieran decir, con una de sus sonrisas o con alguno de sus besos y abrazos. Sinceramente he de decir que guardo dentro de mi cositas preciosas de cada uno de ellos. Me han hecho feliz al ver que les he podido ayudar un poquito a la hora de aprender cosas nuevas y a la hora de desarrollarse, me he sentido afortunada al ver que la forma de agradecermelo era dándome cariño a diario (tantos besos, tantos abrazos, tantos "¡que guapa estás!" o tantos "te quiero mucho"). Me han hecho vivir junto a ellos una nueva infancia: me he montado en las ferias y en el camión de bomberos, he disfrutado de un baño encantador en la piscina de periódicos y...tantas cosas más.

Por todo ello, agradecemos a las mamás, por un lado, el habernos permitido disfrutar de y con sus pequeños y, por otro, el habernos dado tanto apoyo, cariño y confianza en los años que sus pequeños han estado con nostras.