El modo en que reprendemos a lo niños es un componente más de la educación que les damos bien como padres o bien como maestros.
De este modo, la forma que tengamos de afrontar un mal comportamiento de nuestro hijo o alumno le será muy útil ya que le servirá para tomar ejemplo y aprender.
En primer lugar hemos de tener en cuenta que hemos de evitar tanto el hecho de no poner ningún límite a los pequeños como el de castigarlos con demasiada frecuencia.
Si no se les pone ningún límite el niño no aprenderá los códigos de conducta necesarios para una correcta relación con el entorno tanto social como natural.
Si por el contrario, se les castiga con frecuencia pueden terminar perdiendo la confianza en sus padres.
Por ello, a continuación, se exponen una serie de puntos a tener en cuenta para afrontar esta situación de la forma más adecuada.
1. Emplear el refuerzo positivo para moldear la conducta de los niños. Es decir, presentar una actitud de aprobación y orgullo cuando hace algo bien o su comportamiento es bueno. Esto supondrá una gran motivación para ellos potenciando el hecho que de repitan dichos actos y comportamientos más frecuentemente.
2. Tener en cuenta que golpear genera violencia y que el hecho de pegar a un niño puede provocar que este aprenda del ejemplo.
3. Empezar por enseñarles normas. Este principio se basa en el hecho de que no hay que castigar al niño a la primera de cambio sino que, antes de optar por esa opción, se le ha de explicar el porqué no se ha de hacer aquello que ha hecho o no se ha de comportar tal y como se ha comportado.
4. Predicar con el ejemplo ya que los padres sois los principales modelos a seguir por vuestros hijos y el ejemplo que se les de es mucho más importante que las palabras.
5. Demuéstrale que le quieres y nunca le digas que ya no le quieres por el hecho de haberse portado mal ya que esto puede dañar su autoestima.
6. Escucha sus explicaciones y dale la oportunidad de explicar lo que ha pasado y el motivo por el que ha actuado así.
7. Si es necesario aplicar un castigo es esencial hacerlo cuando el niño está haciendo las cosas mal o inmediatamente después. No es aconsejable usar las tácticas de decirle al niño; “Espérate a que venga papá” o “Mañana te quedarás sin chucherías” ya que el niño no relacionará el castigo con el motivo de la reprimenda.
8. Ser firme, contundente y mirarle a los ojos cuando se le reprime por algo o se le da alguna orden.
ESPERAMOS QUE ESTE ARTÍCULO OS SEA ÚTIL EN EL DÍA A DÍA CON VUESTROS PEQUES.
Hola buen consejo,pero al mio que aun no tiene los 2 añitos cnd le grito aun lo hace mas.y si le pongo cara dce que estoy enfadada por lo que a echo me viene corriendo diciendo mama mua mua y me abraza fuerte,es un pelota y claro a la mama se le cae la baba y ya la hemos liado.Esto se le ira pasando no?
ResponderEliminarUn articulo muy bueno, auque a veces te parta el corazón ponerlo en practica,seguiremos intentandolo.
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